Nacimiento



Siempre se empieza por el principio, y generalmente en la vida de una persona, esa partida está signado por su nacimiento.

"Nacer es un dolor que la vida compensa" decían los Mayas; y es por eso que el lugar de dónde provenimos, nos formula un compás y una brújula para medir hacia dónde queremos ir.

Alguna vez supe leer un pensamiento de Wiliam Blake que decía: 

"El ángel que presidió mi nacimiento dijo: Pequeña criatura, fruto de la dicha y de la risa, ve y esparce amor..."



Se cuenta que nací el 30 de octubre del año 1970, en la hermosa Ciudad de Mercedes, ubicada en el centro de la Provincia de Corrientes, Argentina.


En el año 1825 según se menciona en el pensamiento popular, un grupo de vecinos requirió autorización para fundar el pueblo junto al arroyo Paiubre. Esta petición no prosperó, por lo que insistieron en 1829, el 19 de agosto el gobierno provincial dispuso la elección del lugar donde se levantaría el pueblo

Los terrenos (unas 100 ha.) donde se fundó Mercedes fueron donados por José María Gómez, y obteniendo el nombre de Mercedes con la bendición de su iglesia el 23 de julio de 1835, tomando como patrona a Nuestra Señora de Las Mercedes. 
El lugar dónde se emplaza esta ciudad fue conocido con anterioridad bajo la denominación de Paiubre.
En 1835 el Gobernador Atienza rebautiza la ciudad bajo el nombre de Mercedes; en 1864 Mercedes adquiere categoría de Villa y en 1888 es elevada a la categoría de Ciudad.

De muy corta edad me tocó emigrar, por lo que en mi memoria poco puedo recordar.

De esas imágenes que se me derrama en el inconsciente tengo grabadas las  cascada naturales como por ejemplo su plaza principal enfrente de la Iglesia por supuesto como toda Ciudad descendiente de la Colonia Española.

Cómo no asociar esa Iglesia con el Padre Julián Zini, un hombre extraordinario, con alma de poeta y una vida dedicada a la vocación pastoral. Aquellos que conocen la historia de la música y el folcklore correntino, recordarán por ejemplo "Avío del Alma" cantada por los de Imaguaré, o "Compadre que tiene el vino" creada en plena dictadura militar de la Argentina, y tantos otras composiciones de este gran poeta.



Recuerdo que en frente de la Iglesia, sobre unas de las calles laterales se encontraba el grupo Scout 119 Nuestra Señora de la Merced, donde me viera transitar desde muy pequeño, dónde me supo tener en sus regazo el gran Jefe de esa agrupación Mario Abel Adis.

Me acuerdo del cementerio en las afueras de la Ciudad. Claro, la estación del ferrocarril, que para un chico de 5 o 6 años era un edificio imponente con enormes trenes que pasaban cada hora y llevaban innumerables personas a distintos lugares.


La Piedra Itá Pucu, una roca que se dice crece constantemente, en donde corríamos para jugar a las escondidas y a recoger lajas para tallar el mapa de la Ciudad.

El gaucho Gil, todo un símbolo de la Ciudad convertido en mito, leyenda y para algunos hasta en Santo. El Gauchito Gil, Antonio Mamerto Gil Nuñez es un hombre que atrae devoción religiosa, al que se le adjudican milagros, y como tal un fervor insuperable para sus devotos.

En Mercedes, permanecen en mi memoria los primeros pasos en la escuela primaria, los primeros juegos, las primeras travesuras de niño, y sobre todo la primera imagen que uno se lleva de la familia que Dios nos regaló al nacer.

Siempre estará grabada a fuego en mi alma y en mi corazón esa sencilla, humilde y hermosa Ciudad correntina.


Mi Padres

José Fermín Canteros, mi padre, nacido y criado en Mercedes, conoció en esa Ciudad a quien sería mi madre, Jacinta Dora Suarez, entrerriana oriunda de Santa Elena pero criada en la Paz en la Provincia de Entre Ríos; por lo que en mis venas corre la sangre del litoral argentino.  
Se casaron tuvieron varios hijos, y en el cuarto lugar de la lista de invitados al convite, aparecí como remolino dentro del agua caudaloso de un remanso isleño.