Peyrano. Santa Fe.
El primer y segundo año de mi educación secundaria lo cursé en la localidad de Peyrano, en la Provincia de Santa Fe, Argentina.
Fueron dos años muy lindo en donde nos conocíamos todos, y donde se compartía casi todas las actividades. no sólo de estudios sino deportivos en el Club Rivadavia, y esos primeros bailes o asaltos como se llamaban en ésa época.
Los compañeros y amigos, pese al tiempo transcurrido aún seguimos en contacto con alguno de ellos.
Allí paso algo muy interesante,al menos para mí:
Uno de los profesores de matemática de ese colegio, el Sr. Mora, daba unas clases magistrales dividida en dos partes: la primera consistía en hablar de cultura general, de libros, de autores, de viajes, y hasta de historia; la segunda parte se daba la materia propiamente dicha.
No me acuerdo en realidad de las teorías de Pitágora, pero sí me acuerdo del amor por la lectura que naciera en esos años de la secundaria.
Para unos chicos que iniciábamos ese cambio en la forma de estudios, que nos preguntara ese hombre alto, muy elegante, sobre Borges, Sábato, Dickens, el Gabo, Platón, Aristóteles, o que nos indagaran sin aviso previo capitales del mundo, fue todo un desafío al que nos resistíamos férreamente. Pero al pasar los meses, daba un placer asistir a esa materia.
"Hay que leer...!" repetía hasta el hartazgo. Hoy despues de muchos años, puedo decir y admirar a la distancia a ese excelente profesor de matemáticas y de la vida.
"Hay que leer...!" repetía hasta el hartazgo. Hoy despues de muchos años, puedo decir y admirar a la distancia a ese excelente profesor de matemáticas y de la vida.
Fue en esos años de mi paso por Peyrano donde se despertara mi pasión por la lectura con la llegada del primer libro sacado prestado de la Biblioteca del Colegio: "La vuelta al mundo en 80 días" de Julio Verne.
Nunca supe el destino sobre la vida del Profesor Mora, ni tampoco pude agradecerle esas largas charlas sobre historia universal, sobre la cultura y la lectura; pero para esos chicos de aquellos años, sus enseñanzas quedaron impregnados en nuestra mente y en nuestra alma.
Recuerdo asimismo al representante legal de dicho Colegio, el Padre Daniel Lozano, todo un hombre de Dios dedicado a su función pastoral y a ese don de enseñar no sólo temas curriculares sobre la Fe, sino los primeros pasos de la educación sexual. Sí, fue con el Padre Daniel que vimos lo que nuestros padres no querían o no podían explicarnos.
Recuerdo las reuniones frecuentes en la casa cural, almorzando y dialogando sobre casi todos los temas. Tenía el Padre Daniel una gran biblioteca de libros, que todos los que asiduamente visitábamos esa casa admirábamos de manera absoluta.
Rosario. Santa Fe.
El tercer al quinto año lo cursé en el "Instuto Zona Oeste", en la calle Pascual Rosas al 800 de la Ciudad de Rosario. Claro, en esa época estaba en el viejo edificio. En la actualidad el Instituto educativo se encuentra emplazado en el nuevo edificio a pocas cuadras del original en la calle Sucre 681 de Rosario.
Ese turno vespertino me permitió que iniciara mi vida laboral y y mis estudios superiores a la vez.
Las largas caminatas desde Salta y Lagos hacia el oeste en dirección a la calle Pascual Rosas, pasando diariamente por la Estación de Omnibus y el Patio de la Madera, fueron de increíble explendor, hoy rememorados después de varios años.
Fue en definitiva en ese Colegio donde terminara mi educación secundaria como "PERITO MERCANTIL", en el año 1988, según el Plan Oificial 6680/56 del Ministerio de Educación de la Nación.